lunes, 25 de julio de 2011

Persiguiendo a Amy (Winehouse)

   Dudaba si debía o no escribir esta entrada. Pero de alguna manera la noticia de la muerte de Amy Winehouse me ha conmovido de un modo especial que me ha pillado casi desprevenido. No porque fuera  un fan de su música, de la que  hasta hace poco más de un mes sólo había escuchado dos o tres temas que sonaban muy bien, pero como todo lo que llega a la radio-fórmula sonaban demasiadas veces. Y es que siempre me pasa lo mismo. Desde hace unos años la oferta musical existente a través de Internet es tan amplia- y mis gustos musicales también lo son- que es prácticamente imposible seguir el rastro de todo lo que suena.

   Probablemente  es debido a que como músico que soy siempre escucho todo desde la crítica. Y es que los músicos somos los peores acompañantes a un concierto, a una escucha, ya que siempre le sacamos los defectos a todo  y queremos mostrarnos como artistas puros que no quieren contaminarse con sonidos ajenos. Lo cual es absurdo, porque luego todo lo que componemos suena a algo o a alguien que ya hacía lo mismo antes. Probablemente es debido también a la edad, ya que cuanto más mayores nos hacemos más cómodo es refugiarnos en música ya existente en cualquier etapa anterior de nuestras vidas. Aunque siempre he huido de encasillarme en un estilo de música (y es aplicable a todo lo que hago y a todo lo que no hago en la vida) siempre tengo mis momentos refugio, mis bandas legendarias a las que recurro porque sé que  no me fallan nunca, y como buenos  humanos somos animales de costumbre. Por tanto, desde hace un tiempo no presto tanta atención a la música relativamente nueva, ni a  sus intérpretes. Tiempo después, cuando ya no son carne de la radio-fórmula, cuando ya no son trending topic, es cuando Internet está ahí para permitirle a uno echar la vista atrás y recuperar lo que uno se ha ido perdiendo. Y esto es exactamente lo que me pasó con la Winehouse. 

   Hasta entonces, lo que me llegaba de ella era su personaje, el que habían creado de ella en esa basura llamada prensa del corazón (en parte) y en el que se había convertido ella misma a base de castigarse. No voy a ir de puritano, pertenezco al rock y a la farándula y la droga y el alcohol están por todas partes. Varios de mis amigos y compañeros han muerto a causa de ellas, otros están o han estado presos por lo mismo.  Quien la critique por yonki  o por su look de Barbie Mamarracha es un hipócrita como la copa de un pino. Pero si denota lo asquerosamente abducidos que estamos por lo que se publica, como dejamos llevar nuestras opiniones por ello, cuando de lo que estamos hablando es de una artista, y el arte no debería mezclarse ni con la vida personal ni con la política. Amy Winehouse tenía una voz prodigiosa. Y se ha ido .Nada más.



   Hace un poco más de un mes, estando en casa de una amiga en un momento de esos bonitos (caricias y buen sexo) escuché una versión de “Will You Still Love me Tomorrow” cantada por ella dentro de  una banda sonora (Bridget Jones) que no estaba incluida en ninguno de sus dos discos. Me sorprendió cuando mi acompañante (o debería decir que yo era el suyo) me dijo que se trataba de ella. Lo cual hizo que comenzara a perseguir  a Amy, a bajarme sus discos, a ver sus videos, a apreciar lo que nos ofrecía. Hace unos días, apenas cuatro días antes de su muerte comentaba con otra amiga, Cristal, que tenía sus canciones todo el rato en la cabeza. Deseaba que sacara un nuevo disco, que nos volviera a contar las cosas como ella lo hacía, sin pelos en la lengua, como te habla alguien que te tiene confianza. El disco existirá, no lo dudo, y alguien se hará de oro con su disco póstumo. Nos quedan otras voces del Soul contemporáneas, como su protegida Dionne Bromfield, a quien escucho mientras escribo estas líneas, como las italianas Nina Zilli (uno de mis últimos descubrimientos vía Radio 3) y GiusyFerrere, como Adele, otra voz sorprendente, pero aún así no hay duda de que desde hace 2 días hay un hueco difícil de  rellenar. El de esa loca con los ojos pintados, que se subía a un escenario a ser la mejor o la peor, pero que sin duda ya ha pasado a la historia. Y una persona como yo, que no llegó a ser un fan (ya casi no soy fan de nadie) se da cuenta, en una época tan aciaga y tan estúpida como ésta (basta con poner la MTV 5 minutos para darse cuenta) de la terrible pérdida para la música que es que se vaya una voz como la de Amy Winehouse

No hay comentarios:

Publicar un comentario