miércoles, 22 de junio de 2011

De políticos, prensa...¿A la altura de la sociedad?

   Que iba a darme unos días de descanso político tras la manifestación del 19J lo tenía claro. ¡Pero Twitter no me deja! Minuto a minuto (y así se pasan horas, lo sabéis) aparecen nuevas reacciones y noticias que uno es incapaz de ignorar, retuitear o no denunciar. Atrás, en estos tres días, quedan cosas para el recuerdo eterno. Y es que las manifestaciónes del domingo fueron  algo precioso que much@s no olvidaremos nunca. Para mí fue como rejuvenecer 10 años, para otros fue rejuvenecer 40. 

   Otros, sin embargo, y me refiero a  la política orgánica de este país, envejecieron siglos. El mensaje que recibieron desde una gran parte de la ciudadanía (nunca lo olvidéis, la ciudadanía somos tod@s) fue contundente y claro. No estamos dispuestxs a pasarles ni una más a los que defienden el mal, a los que aconsejan al mal, a los que se corrompen en él. 

   Atrás quedan las vergonzosas imágenes falsas de alguna televisión y tendenciosas portadas  secuestradas por la mentira impresas por algún triste diario que quiere relacionar desde el minuto 1 – como bien dice Escolar – el movimiento #15M con la violencia y que, a pesar de no darles excusa para afirmar algo así, salvando algún calentón del que rápidamente nos hemos desmarcado y con la misma premura condenado,  siguen empeñados en intentar demostrar. Recuerda un poco a la absurda cobertura de lo que pasó en el 11M y lo cierto es que da bastante vergüenza ajena. 

  Probablemente el cambio más importante está en que el canal de comunicación. La manera en que fluye la información  ha cambiado, y esto es algo que los medios deberían tener muy en cuenta, si bien algunos van por delante que otros. Un poco como los sellos discográficos. Renovarse o morir. 

   Existen periodistas, sean freelance o no, les acaben publicando o no, que están realizando una cobertura honesta y real de los acontecimientos, sacando también a la luz, como es lógico y cierto,  las contradicciones que nos rodean a nosotr@s mism@s. Por el otro lado, el funcionamiento de las redes sociales está siendo vital como amalgama del movimiento #15M. Vital en su difusión, en su convocatoria a tiempo real de las acciones que se realizan y de denuncia inmediata (a veces hay que reconocer que con el gatillo demasiado fácil) de la manipulación que esos tristes medios intentan ejercer sobre sus seguidores.

   De este modo hemos sido testigos de que el clamor en la red ante alguna manipulación descabellada era tal que ha dado lugar a algo que yo no había visto nunca: hacer rectificar a un medio de comunicación generalista y reconocer que la información era errónea (aduciendo un error) o directamente falsa. Bueno, algunos con su estilo, como Telemadrid, donde las acusaciones de manipulación les llueven hasta de sus propixs compañerxs. ¿Quién necesita, pues, preocuparse por lo que dicen de nosotr@s si tenemos nuestros propios medios, en los que confiamos y en los que somos fuertes?

   No sería de extrañar que en los próximos días y semanas nos encontráramos con información falsa y contradictoria con otro nuevo tipo de infiltración, esta vez en la red. Los mismos políticos que permiten la connivencia con la corrupción y  la evasión de capitales de las grandes empresas del país que gestionan mientras exprimen a los que cobran 700 Euros, ahora inician un “acercamiento” al movimiento de cara a la galería, a su galería, no a la nuestra. Están aterrados por el efecto contagio de sus votantes, votantes que fuimos o somos nosotros también, pero que ya no les van a pasar una.

  Si el discurso del “No nos representan” cala en los y las votantes, la clase política va a perder la oportunidad de ser ellos los que cambien ( y yo soy de la opinión que tendrían que ser ellos) las reglas del juego. No con leyes de transparencia light, como propone Bono a la vez que insulta a los manifestantes frente al congreso comparándolos con Tejero, No con reuniones con #cupulasinexistentes como la que anuncia Elena Valenciano en su Twitter en el intento de representar un giro a la izquierda en las políticas de su partido, no con reformas de leyes electorales que buscan exactamente lo contrario de lo que parecen, como la de Esperanza Aguirre en Madrid. 

   El cambio es necesario para tod@s, incluso para que los partidos sobrevivan a la historia como protagonistas del mismo y no como causantes del desastre. La pelota ahora está en su tejado ¿Creéis que estarán a la altura? Ya. Lo que pensaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario