sábado, 11 de junio de 2011

¿Por qué tienen tanta prisa?

   En los próximos días se cumplirá un mes desde que “l@s 40 de Sol”, como  así han querido etiquetar a este grupo de ciudadan@s algunos medios de comunicación, se plantaron en la conocida plaza madrileña, símbolo de la ciudad, pero también un lugar icónico que representa a la perfección  el centralismo político y económico al que lleva sometido  este país (que en el fondo es un país más de este mundo) desde hace algunos siglos . 


   Claro está que habrá personas y colectivos que pueden decir sin temor a equivocarse que su protesta, que es ahora la nuestra, se venía gestando desde tiempo atrás. Que venía calentando motores desde las revueltas de Egipto y norte de Africa. Desde las filtraciones de wikileaks que han puesto en evidencia el obsceno y patético servilismo de la clase “política” mundial ante los intereses del corporativismo. Que venía gritando desde la inyección de  dinero público a entidades bancarias opacas, especulativas y avariciosas, pésimamente gestionadas por los descendientes de “los otros  40”, los 40 ladrones. Que éstos, a su vez,  por el camino se han metido en el bolsillo a cientos, si no miles,  de concejalías, tesorer@s, alcaldes,  diputad@s y han engordado (y siguen haciéndolo) cuentas anónimas que se hallan escondidas en paraísos fiscales contra los que no tienen ninguna intención de actuar desde ese “estado de derecho” con el que se les llena la boca tantas veces. 5 millones de parad@s en España y los que deberían ser nuestros representantes se dedican a esto. ¿Triste? No. Símplemente indignante.


Por supuesto que habrá muchas más gotas que colmaron el vaso, pero no es de esto de lo que quiero hablar.

En este mes de #spanishrevolution han pasado muchas cosas. Tantas que posiblemente nos lleve años analizar. Aunque hay muchas facetas  y sensibilidades entre la gente que estamos saliendo a reconquistar la calle, el barrio, el movimiento vecinal, la magnitud de esta movilización ha desbordado cualquier expectativa. Por una vez, una cosa muy difícil en la historia, gente de muchos estratos sociales y geográficos estamos sincronizados y nos sentimos cómplices en  un sentimiento: Estamos hart@s. Queremos que esta gentuza se marche de la política, que abandone la vida pública, queremos recuperar nuestra autonomía como ciudadanía, decidir nosotr@s que hacemos con nuestro futuro.

 

   La pregunta del millón: ¿Cómo lo hacemos? ¿Cuándo lo haremos? Y es aquí precisamente donde quería llegar yo. 

   Llevamos semanas viendo desde las instituciones y desde tribunas que, recordemos, son la voz de las corporaciones, el intento por desmontar la imagen de los y las que protestamos, que no paran de lanzar dardos envenenados con la única intención de dividir y sembrar dudas entre la ciudadanía, que publican información sesgada y tendenciosa (y muchas veces sin disimular su absoluta ignorancia por el tema) mientras exigen a los y las ciudadanas manifestantes a plantear alternativas “ipso facto”,  apremiando a dotar de contenido político la protesta y sugiriendo que se canalice a través de las normas “que los demócratas nos hemos dado”… Tonterías. El poder sabe perfectamente lo que te quita, por lo que conoce exactamente lo que te falta. 

Desde los medios de comunicación generalistas casi se exige una concreción inmediata que les permita etiquetar el “movimiento” para diseccionarlo, absorberlo y desactivarlo. Esa es la función de la prensa, de House, de Mourinho, de la Play Station. Mantener dormida a la gente mientras la banca gana.
 

   Hay un dicho, popular o no, que dice que las prisas son malas consejeras. Lo suscribo. Otro gran pensador, de nombre Agustín García Calvo nos decía el otro día en una charla organizada por la #acampadasol que cualquier reclamación al poder establecido era una pérdida de tiempo y de fuerza. No quería decir con esto que no creyera en el poder de la plataforma, con la que ha estado colaborando como uno más. Se refería a que los políticos y los bancos y sus medios de comunicación sectáreos y venenosos  viven dándonos la espalda (por no decir el culo) y que tal y como está perfectamente montado este chiringuito de barra libre para algunos iluminados desde hace siglos (mientras a los acampados se les exige una organización perfectamente definida en un mes) nadie iba a recoger ese guante ni legitimar esa protesta desde las instituciones ni desde ningún organismo privado que obtiene pingües beneficios de orbitar alrededor de estos cretinos. 

No olvidemos que el objetivo de la política económica mundial hoy en día es la abolición de lo Público. Y cuando lo público no exista, volveremos a ser esclav@s.


Así que no puedo más que estar de acuerdo con García Calvo. No deberíamos preocuparnos tanto de lo que se dice en los medios de comunicación del movimiento 15M. Incluso si lo que se dice es radicalmente falso, perder el tiempo en desmentidos es un gasto de energía innecesario. Debemos construir nuestra organización sin presiones. Si no se venden periódicos con la cara de una mujer ensangrentada por una brutal actuación policial en portada, van a seguir vendiéndose con la cara de Rubalcaba en la misma. No nos representan, pero es que ellos no se sienten representados por nosotr@s tampoco. Si bien es cierto (y hay que decirlo más) que sus trabajadores periodistas, a título individual son conscientes y en muchos casos simpatizantes, como ciudadan@s que son, con lo que es justo. Estoy seguro que desde las fuerzas de seguridad ocurre lo mismo. También oigo mucho decir que no todos los políticos son iguales, que los hay honrados. No lo dudo. Pero a la hora de votar una ley que atenta contra toda la ciudadanía… ¿Dónde está su voto?  Complices de la opresión y el expolio a lo público…

Así que de prisas nada. A nuestro ritmo y buena letra.
PORQUE NO NOS REPRESENTAN, NO LES PERTENECEMOS, NO LES DEBEMOS NADA MAS QUE UNA BUENA PATADA EN EL CULO Y ENVIARLES A LA CARCEL.

Un saludo a tod@s y que esto siga adelante.

Carlos. (Músico, tele operador, ciudadano.)

2 comentarios:

  1. ¡Olé Carlos! Estoy de acuerdo contigo: las prisas son muy malas consejeras. Lleva tiempo organizarse, lleva tiempo sacar a la luz sus mentiras, lleva tiempo ayudar a abrir los ojos a los que hemos sido manipulados durante años... Pero esto no hay quien lo pare, porque los jóvenes han perdido el miedo a pensar por sí mismos. Yo soy lo que se podría llamar un "aposentado" (ya no soy tan joven, tengo trabajo, un sueldo medianamente decente, incluso sigo yendo a votar...¿para qué?) pero estoy totalmente con los que luchan porque la razón vuelva a regir el sistema. Es una cuestión de dignidad y respeto.

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  2. Un saludo, Barcelonio y gracias por ser el primero en comentar!

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